Enseñanzas para las inversiones y para la vida.

Hace 25 años empecé a invertir sin saber nada de inversiones. Como siempre fui una “persona de libros”, empecé mi educación en inversiones como me era familiar: leyendo todo lo que encontraba sobre el tema. En 2003 -ya con algo de experiencia y algunas lecturas- hice la Maestría en Finanzas. Pero seguía sin sentir que entendía a fondo lo que estaba haciendo. Entendía el lenguaje, entendía la matemática, pero no entendía la filosofía, la esencia, de invertir.

Hasta que un año más tarde me crucé con Warren Buffett. No en persona sino con sus escritos y lo que se había escrito sobre él. Fue como entrar en órbita. Era como haber estado 8 años haciendo música sin haber escuchado a Mozart. Y, finalmente, haberlo escuchado y resignificar todo lo que había entendido y hecho hasta ese momento.

Me pasé dos años leyendo a y sobre Buffett. Diez horas por día, todos los días. Todas sus cartas, todas sus biografías, los diarios de la época para ver con qué información había tomado sus decisiones, más allá de lo que nos cuenta ahora. Porque Buffett, como Borges y todos los genios, es un gran mentiroso. Un mentiroso admirable que creó una narrativa sobre su persona y sobre su método que hay que contrastar con la realidad. Para entenderlo hay que ver lo que hace, más allá de lo que dice.

Nunca quise dar un curso sobre Buffett porque siempre lo vi como algo un poco sagrado, que está en todo lo que hacemos en el Club de Inversores. Pero, ahora, casi 20 años después de haberlo conocido y con la excusa de releerlo y reencontrarme con sus enseñanzas, voy a dar el curso. Espero que les guste.

Emiliano Chamorro.