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Los vínculos entre arte y juego echan raíces siglos atrás. Uno de los primeros registros que podemos encontrar son las pinturas en las tumbas de Nefertari y Tutankamon jugando al Senet para definir su destino en la eternidad. Desde entonces el juego ha ido atravesando sucesivas conversiones, mutando formas, medios y finalidad. En diversas oportunidades ha coincidido caminos con el campo del arte, generalmente de la mano de las vanguardias y de movimientos contra-corriente: adoptando siempre un rol disruptivo, provocador y poniendo en jaque las convenciones de la institución arte. Hoy es el turno de los videojuegos, vivimos en un presente ludificado donde los videojuegos han ido expandiendo sus brazos y cobrando protagonismo. El circulo del arte no es ajeno a este fenómeno: museos y galerías compiten por organizar la exposición de videojuegos más innovadora y llamativa, se suceden congresos y eventos que exploran los modos en que las instituciones artísticas pueden apropiarse de los videojuegos para producir ellas mismas experiencias gamificadas o el próximo título más exitoso. Hay un movimiento doble en el que los museos acogen videojuegos y también ellos buscan saltar dentro de la pantalla para quedar inmortalizados en un futuro digital y virtual.

Durante el encuentro realizaremos un recorrido que nos llevará desde «Hot Circuit» la primera exposición que acogió videojuegos en 1989 hasta un presente en el que se multiplican y superponen exposiciones físicas y virtuales junto a videojuegos creados por museos. Veremos cómo ha sido la evolución de esas primeras exhibiciones, qué tipo de obras se han exhibido, cómo se han planificado esas muestras, en qué modos el videojuego ha modificado a la experiencia museo y cuáles son los posibles futuros que se despiertan a partir de estos cruces.