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Estamos viviendo una realidad donde las estructuras y planes quedaron obsoletos. De repente, queda claro que la improvisación es un arte básico y necesario para poder moverse de forma ágil en medio de este caos.

¿Y si empujamos al pichón de la mente, del nidito cómodo en el que le gusta estar, y en la caída al vacío se da cuenta de que puede volar a donde quiera? ¿Qué pasará si dejamos de preguntarle todo a la razón y le pasamos un poco el micrófono a la imaginación?

Un viaje intuitivo y alegre para recuperar la espontaneidad y esas cosas tan extrañas que te hacen ser quien sos.
A partir de lo que nos pase como grupo vamos a ir armando la teoría y dándole forma a las herramientas que después pueden ser parte de nuestra vida cotidiana.

Los objetivos del taller pasan por:

• Tener herramientas para desarrollar la inteligencia natural y el hábito de la espontaneidad
• Descubrir y jugar con los personajes mentales internos que todos tenemos.
• Expresar desde distintas perspectivas las historias que nos contamos siempre de la misma manera aunque nos hagan sufrir.
• Conocer el ritmo de las situaciones cotidianas para poder bailar con ellas a tiempo.
• Poner en movimiento la imaginación y escuchar la intuición en el cuerpo.

Si sos artista o si te juzgas como que sos de madera, da lo mismo. Si te atrae el querer hacerlo, ya es suficiente. Muchas dinámicas son para hacer muteados, ya que los experimentos son en solitario y al terminar se comparte lo vivido.

Toca improvisar, porque es hermoso y porque no queda otra.

César Silveyra