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Sobre quienes nos co-habitan en las fronteras

4 encuentros

Sábados de 15 a 17 
29 de septiembre, 6, 13 y 20 de octubre

Estamos envueltos de mundos imaginarios, artísticos, religiosos, científicos, mundanos. Desde dioses hasta yetis, estos mundos están poblados, y estos pobladores en un sentido nos hablan de nosotros mismos, de lo que podemos ser cuando los límites de la mundanidad se relajan. Pero al mismo tiempo estos habitantes nos exponen ante aquello que está más allá de los límites. Desatada la fuerza creativa de la imaginación y el sentimiento de lo tenebroso, no dominamos aquello que se va conformando: los habitantes de los mundos imaginarios, artísticos, religiosos, científicos y mundanos se van tornando peligrosamente reales.

Peligro porque estos habitantes comienzan a vivir en ambos mundos: el mundo de lo familiar, de lo manejable, lo común, y el mundo de lo alógeno, lo que mora-más-allá-del-límite; y como tales nos son simultáneamente prójimos y extraños. De pronto las ingenierías comienzan a poblar el mundo real de aquellos seres imaginarios, de pronto las problemáticas que nos parecían impensables -derechos de los animales, derechos de los robots- comienzan a poblar nuestra mundanidad.

Por ello este ciclo quiere abordar una exploración introductoria, sí, de esos habitantes, en las formas más elementales y persistentes. En todas sus formas, sin dejar ningún registro: ni la historieta, ni la literatura “pulp”, ni el cine de género, ni nada. Se trata de una exploración en la cual se intentará delinear los géneros de aquellos habitantes que lentamente comienzan a rondarnos.

Sub-humanidad. El reino de los animales comienza a tener un signo completamente distinto a aquel que se esbozó en la hipoteca bíblica sobre la Naturaleza. La nueva ontología de los animales, el Proyecto Gran Simio, los debates sobre la ética animal, los desarrollos en cognición etológica, y la ingeniería genética han cambiado la percepción y la propia naturaleza de los animales. De pronto los sub-humanos comienzan a venir hacia nosotros -tal vez por nosotros- de pronto caemos en la cuenta de que la casa común no nos necesita, que hay otros que habitarán la Tierra cuando por propia decisión nos lastimemos hasta cesar. Sobre este género de sub-humanidad como alternativa, como reemplazo, trataremos en el primer encuentro.

Des-humanidad. Desde el alba del tiempo, aquellos que han perdido la condición humana, aquellos que remedan al humano, habitan los más antiguos mundos imaginarios. Son entidades lastimadas, quiméricas, que a pesar de gozar de poderes que el humano envidiaría, sólo quieren robar el deseo humano para sí, sólo operan como desafío y como corrupción de lo humano. Anhelan lo humano, degradándolo al procurárselo. Moran en los límites de la humanidad, buscando las fallas y los huecos para ejercer un dominio precario, efímero, de lo que puedan sobrevivir. Parasitan la realidad humana, sin tener ningún otro lugar en el mobiliario de la realidad. Vampiros, licántropos, goules, ángeles caídos, zombis, aparecen en la periferia de la sociedad conforme, anuncian las sombras y las roturas de los límites. Sobre este género de des-humanidad como tentación hablaremos en el segundo encuentro.

Alter-humanidad. No estamos solos. Al mirar el cosmos, al imaginar la miríada de planetas y sistemas planetarios, tendemos a responder casi mecánicamente: Hay alguien allí. Y donde antes había criaturas sobrenaturales, ahora la ciencia nos dice que puede haber exósferas con animales y organismos extraños que pueden haber alcanzado consciencia, inteligencia, vida social y tecnologías, y que tal vez hayan llegado a la Tierra, y nos hayan dejado memorias. El extraterrestre, el alienígena, se han instalado como el más firme y común habitante de los mundos de la imaginación en el siglo XX, como el centro mismo de las poéticas de ciencia ficción. Pero al mismo tiempo ese alienígena parece sospechosamente afín al humano, parece una réplica nuestra con algunos cambios, algunas mejoras. El alienígena exhibe en su forma más extrema la tensión de los habitantes de los mundos de imaginación: espejo y habitante de más allá del límite. Sobre este género de alter-humanidad como otredad conocida hablaremos en el tercer encuentro.

Trans-humanidad. Más allá de nosotros, desde nosotros, las máquinas y las creaciones humana han conformando una nueva capa de realidad que los geólogos llaman el Antropoceno. Allí estamos nosotros, los humanos, pero como otra cosa: humanidad en la que cohabitan naturaleza y materia sintética en diversas formas. Robots, androides, IA y cyborgs. Y especialmente estos últimos ponen en cuestión toda la ética y las deontologías fundadas en ideas de hombre. Porque lo que aparece en el encuentro de naturaleza y tecnologías son más-que-humanos: humanidad intervenida y expandida, que hacen realidad las fantasías del optimismo transhumanista. Sobre este género de transhumanidad como expansión ¿sin límites? hablaremos en el cuarto encuentro.

PROFESOR

Alejandro Miroli

Nací, respiro, anhelo un mundo en el cual se amen la libertad y la justicia… lo mejor que hice fue enseñar cosas que disparen actos de creación… creo que solo los poetas/creadores salvan el tedio de una vida meramente metabólica… trato de escribir en esas líneas… nací en una fase de la grieta… deseo un país que la pueda sortear… no creo en ninguna religión, ni siquiera las que se atan a númenes heroicos… pero atisbo lo que mora tras el límite y que no tiene nombre…..