Mediocristán y extremistán
Supongamos que hay 100 mil personas en un estadio y el peso promedio de los asistentes es de 78 kilos. Ahora supongamos que sacamos a uno cualquiera y en su lugar metemos a la persona más gorda del mundo. El promedio sigue siendo más o menos 78 kilos. El promedio es algo relevante para describir el peso de esas 100 mil personas.
Supongamos que de esas 100 mil personas en lugar del peso calculamos el patrimonio promedio y es 100 mil dólares. Sacamos a uno cualquiera y en su lugar metemos a Elon Musk. El promedio de patrimonio de esas 100 mil personas pasa a ser de 4 millones de dólares. Pero, obviamente, ese promedio nos dice muy poco de las 100 mil personas.
E imaginemos que hay 100 mil personas en el estadio que no tengan un centavo. Sacamos a una y metemos a Elon. El patrimonio promedio da 3.9 millones. Gran alegría para los otros 99.999 saber que forman parte de un grupo con un promedio patrimonial de casi 4 millones.
Taleb llama al primer ejemplo «mediocristán» y al segundo «extremistán», como si fueran dos países. Algunas cosas del mundo «viven» en mediocristán y otras «viven» en extremistán.
Por ejemplo, los odontólogos viven económicamente en mediocristán, la diferencia entre el que más gana y el que menos gana será de… ¿10 veces? ¿20 veces?
Pero los artistas viven económicamente en extremistán. La diferencia entre el que más gana y el que menos gana será de… ¿1 millón de veces?
Cada vez más cosas del mundo pertenecen a extremistán. Nos guste o no. Y entender esta mecánica es fundamental para entender el mundo y actuar más inteligentemente.
Este es uno de los conceptos que vamos a aprender en los próximos meses en el ciclo de desarrollo personal, en el que nos sumergimos en el pensamiento de Nassim Taleb.
Si les interesa, se pueden sumar aquí: https://institutobaikal.com/serendipiia/.
Los espero,
Emiliano