fbpx

Desde España a oscuras

Fue irónico: ayer les escribí el mail contándoles que comenzaríamos a leer «El Cisne Negro» en el Ciclo de Desarrollo Personal de Baikal y no pude enviarlo (salió recién a la noche) porque en 6 segundos toda España y parte de Francia y Portugal se quedaron sin electricidad y completamente incomunicadas (no andaban ni los teléfonos ni 5G). Fue una demostración talebeana en tiempo real. 

Hoy en los chats internos de Baikal proliferan las anécdotas y las reflexiones. Guido estaba en el AVE Madrid – Valencia de las 9 de la mañana y terminó regresando a Madrid a las 2 de la mañana del día siguiente, parado, a oscuras, remolcado, después de cambiar de tren en medio de las vías de alta velocidad, ayudado por rescatistas, luego de estar encerrado más de 12 horas en el tren.

Hubo cosas que funcionaron impecablemente bien, por lo menos en Madrid, que me dediqué todo el día a recorrer a pie para ver este laboratorio de antifragilidad en tiempo real: la gente amable, respetuosa, dejaba pasar a los peatones donde no andaban los semáforos. Los servicios de emergencias y policía desplegados evitaron situaciones de descontrol, como las que se vivieron en Estados Unidos luego de los huracanes de Florida. Hubo caos de incomodidades, de caminatas, de fastidio, pero no hubo caos en serio. 

Todo el pensamiento de Taleb se dedica a lo que pasó ayer: a entender cómo, a medida que nos hacemos más desarrollados y sofisticados, si no hacemos nada para evitarlo, nos volvemos más frágiles. Como sociedades, como individuos, como empresas, como familias. 

Hasta hace 4 años viví en Buenos Aires, donde los cortes de electricidad son una cosa habitual. Y, más allá de que este que ocurrió en España sea diferente, porque afectó a todo el país en un tiempo muy corto, se notan algunas diferencias. En Buenos Aires todos saben que se va a cortar la electricidad y entonces los que pueden tienen grupos electrógenos. No hay cerraduras eléctricas y si las hay, todas se pueden abrir mecánicamente. Cualquiera sabe que tener una cerradura que sólo se puede abrir eléctricamente en Buenos Aires es garantía de quedarse encerrado. Ayer, llovían los relatos de personas encerradas porque las cerraduras solo se abrían eléctricamente. 

Muchos me preguntaron ayer y hoy «¿Cómo hacemos para ser menos frágiles sin perder eficiencia?». Taleb les respondería que el problema es no querer perder eficiencia. La eficiencia es un máximo local, que nos deja vulnerables a los eventos realmente importantes de la vida. HAY que perder eficiencia para construir antifragilidad. Pregúntenle a Europa con la energía Rusa o a Apple con sus cadenas de suministro chinas o un padre que educa a sus hijos para sacar 1 punto más en un examen en vez de darle las herramientas para sobrevivir en el mundo mucho más incierto e inestable en el que le va a tocar vivir. 

En todo, en nuestra vida, en la educación de nuestros hijos, en nuestras empresas y en nuestras sociedades, estamos optimizando una situación dorada suponiendo que es sólida y duradera en lugar de entender que es frágil y que lo que realmente tenemos que hacer es construir antifragilidad, individual y colectiva.

Ayer cuando se cortó la luz todos mis vecinos supusieron que regresaría en minutos. Yo salí a sacar el auto a mano de la cochera, a chequear que tuviera el tanque lleno de nafta y a cargar varias botellas de agua y alimentos en el baúl. Mi viejo me enseñó de chico, sin haber leído a Taleb, que el tanque de nafta tiene que estar siempre lleno, por si uno tiene que salir rajando. Él pasó momentos difíciles de Argentina, no necesitó leer a Taleb, lo vivió. Taleb mismo se crió en el Líbano en guerra. Y Soros en la Hungría ocupada. 

La pregunta es cómo creamos antifragilidad en nosotros y en nuestros seres queridos y proyectos sin tener que pasar por esas catástrofes. Cómo creamos antifragilidad desde la comodidad y la abundancia.

A esto nos vamos a dedicar en el Ciclo de Desarrollo Personal: https://institutobaikal.com/serendipiia/.

Nos vemos,

Emiliano