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Vivir haciendo lo que disfrutas: ¿lo construimos juntos?

«No hay ideas nuevas». Esta es una de las frases que más resuenan en Baikal desde sus inicios. Cuanto más nos sumergimos en textos antiguos, más nos queda claro que ya está todo dicho. Que las ideas nuevas son ideas que ya fueron descubiertas y olvidadas y redescubiertas por la humanidad decenas de veces. Que todas las conversaciones que tenemos ya se tuvieron y se olvidaron.

Como en el «Ruiseñor de Keats», podemos discutir si el ruiseñor que canta hoy es el mismo que cantaba hace mil años o es otro. Si la idea que se plantea en The Economist hoy a la tarde es la misma que se preguntaba Platón en La República.

No hay ideas nuevas pero hay nuevas formulaciones de las mismas ideas. Y cada forma nueva de decir algo, hace un aporte, una contribución. Ofrece una nueva perspectiva en un contexto distinto.

Leí «Hábitos Atómicos» hace un par de fines de semana. Me pareció malísimo. No tenía nada nuevo. Nada. Es un típico libro que es un tweet con 400 páginas de ejemplos para justificar un libro. Pero miles de personas están accediendo a esa vieja idea poderosa sobre cómo construir buenos hábitos, por este nuevo libro. Entonces el libro ya deja de ser malísimo. Cumple un propósito.

Siempre me pregunto «qué estoy aportando». Esto es bueno en el sentido de que me sube la vara sobre qué hacer y malo en el sentido de que me hace no hacer cosas que a lo mejor para otros sí serían un aporte.

En un taller de literatura hace mucho tiempo un profesor me dijo «no entiendo por qué este escritor escribe su libro número 20 si no agrega nada nuevo». Siempre me dio miedo ser ese escritor.

No creo que sea un todo o nada, pero uno tiene ese sentimiento de muchas veces estar agregando poco y algunas veces, agragar un poco más.

En los últimos años se me acercaron algunas editoriales para proponerme escribir un libro sobre los contenidos que doy en Baikal. Les dije que no. Un libro es demasiado pesado en mi cabeza y no sentía tener un aporte lo suficientemente original como para merecerlo.

En el fondo, estoy compartiendo ideas de Kahneman, Taleb, Montaigne, Russell, Popper, Damodaran, Buffett, Gaham, Thiel, Munger y los sospechosos de siempre. Hago un recorte, hago una curaduría, las explico, las mezclo, las articulo, las formulo de la manera más atractiva que puedo, les busco aplicaciones, me divierto, les agrego algunas líneas de experiencias personales. Pero son esencialmente ideas de ellos con un muy pequeño agregado mío.

Merecían unas clases, unos cursos, pero no merecían un libro. Por lo menos para mí.

Pero eso, sin buscarlo, cambió en los últimos meses. Apareció algo. Algo que siento que no leí en ninguna parte (seguramente esto es falso) sino que se me fue articulando en la cabeza con experiencias y conversaciones y lecturas indirectas. Y en particular con la construcción de Baikal. Algo que sí puede ser un aporte un poquito más original.

No sé si ese algo que apareció merecerá un libro. Pero por lo pronto me decidí a hacer unos posteos, para mostrarles la cocina de estas ideas. Inclusive, para que puedan ser parte de su construcción, porque de hecho lo son. 

Para no aburrirlos por mail, estoy haciendo esos posteos en LinkedIn. No sé si es el lugar ideal, pero ahí están. 

Si les interesa meterse en la cocina de estas ideas que estamos construyendo, lo pueden hacer acá: Emiliano Chamorro – LinkedIn.

Y me encantaría que comenten los posteos así la vamos pensando entre todos. 

Emiliano